

Fines y principios
Nuestro objetivo central: Contribuir a la construcción de una educación feminista
Entendemos nuestro trabajo como una contribución, en la medida que la Educación es proceso que excede a la escuela y por tanto, una responsabilidad social. De todas maneras y como trabajadoras de la educación, reconocemos en los espacios educativos nuestro primer espacio de lucha y organización y dentro de ellos, nos interesa espacialmente la educación pública como escuela de todos, todas y todes.
Contribuir a garantizar los derechos de las comunidades escolares
Implica problematizar el sentido de la educación desde una perspectiva de derecho y no asumir esta lucha desde una posición meramente gremial: como trabajadoras de la educación, entendernos como defensoras de derechos humanos de nuestros espacios educativos es parte crucial de nuestro rol.
Posicionar a las profesoras como sujetas productoras de conocimiento
Relevamos la importancia de la experiencia frente a cómo se produce la teoría educativa y las políticas, coaptadas por la experticia. Esta apuesta epistemológica asume la reflexión docente como una de nuestras tareas principales como educadoras, por lo cual entendemos que nuestro rol no es sólo reproducir saberes, también, pensar y construir la educación de manera crítica.
Incidir en el debate educativo desde una perspectiva feminista
No basta sólo con incidir en la educación y en cómo se construye: queremos hacerlo desde una perspectiva feminista que, a nuestro juicio, es la apuesta más democrática e igualitaria que podemos pretender.
Instalar la educación como eje central del movimiento feminista
Confiamos en que no es posible pensar un futuro feminista sin problematizar la educación, por lo cual apuntamos a instalar este debate con más protagonismo dentro de las organizaciones feministas y, al mismo tiempo, a dotar a los feminismos de un carácter más pedagógico en sus luchas, algo central para que sea una lucha de todas.
Los principios sobre los que trabajamos
Buscamos construir una nueva manera de hacer política que está en constante reinvención y aprendizaje. Creemos que esa manera tiene directa relación con el trabajar en red, con la pedagogía y con los feminismos.
Cada uno de estos principios implica la voluntad de sostener esta mirada específica y ninguno asume una fórmula única de concretarse: nos encontramos en permanente análisis de cómo hacer posible su materialización en nuestra orgánica.
Nuestra organización no construye políticamente de manera centralizada. La línea política de nuestra organización proviene de la reflexión colectiva y se elabora de manera horizontal: Cada elemento de la red es relevante, piensa y produce la organización, participando en los distintos espacios a nivel local o nacional. Entendemos por funcionamiento horizontal el que todas pueden proponer y gestionar actividades y cada una tiene incidencia, en algún momento, en la toma de decisiones.
Esto implica también entender que, aunque tenemos lineamientos comunes a nivel nacional que nos definen como organización, los territorios son autónomos y participan en igualdad de condiciones en las definiciones generales. Esta autonomía territorial tiene como marco tanto los fines y principios, como las definiciones que toma la red a nivel interregional, por lo cual es fundamental que el trabajo territorial esté en constante diálogo con el trabajo nacional. Sin comunicación y participación, no es posible la horizontalidad.
La unidad mínima de esta red son los territorios. Una red está siempre conectada y comunicada, por lo cual la comunicación y la apertura de espacios es fundamental. A nivel personal, esto requiere asumir un compromiso individual con ser propositiva, con informarse, comunicar y participar. Como red, nuestro foco no se encuentra en ser una organización masiva, sino en afianzarnos bajo estos principios. Todos las integrantes de la red son indispensables y los cargos que puedan definirse para su funcionamiento no guardan relación con la jerarquía ni la representatividad, sino con responsabilidades específicas.
Por último, el funcionar en red implica que no somos una organización aislada del contexto en el cual vivimos, por lo cual es de nuestro interés colaborar y realizar alianzas estratégicas con otras organizaciones que compartan objetivos similares.
Entendemos el rol político de la educación y, por tanto, asumirnos como organización docente implica, en primer lugar, asumirnos como organización política. Política en su sentido original: como sujetas cuya actividad tiene incidencia en la vida común. Esta organización no pertenece a ninguna corriente ni partido institucional, sin perjuicio de que sus integrantes puedan o no hacerlo, o bien, de que como organización definamos disputar estratégicamente definiciones en lo institucional.
Como organización docente, entendemos que nuestro rol pedagógico implica no sólo la enseñanza, también el aprendizaje: Nos preocupa generar y compartir conocimiento y estamos en constante formación, incluyendo la auto-formación y la co-formación. Relevamos la reflexión colectiva como un eje central para aprender de nosotras mismas y promovemos un abordaje pedagógico de las problemáticas, en lugar de uno punitivista.
Asumimos ser profesoras desde un lugar crítico. Comprendemos que la educación no se reduce a la escolarización y que implica un proceso más amplio que la escuela. Por esta razón sabemos que hay que disputar más allá de este espacio aunque la escuela sea nuestro primer espacio de lucha y dentro de ella, la educación pública.
Finalmente, entendemos que como organización docente nuestra preocupación central es la educación. Esto implica superar la perspectiva meramente gremial y conectar con las problemáticas estudiantiles, abogando por la defensa de los derechos de niñas, niños, niñes y estudiantes; estar conectadas con lo que ocurre en la formación inicial y en el debate público, para poder cumplir con nuestros fines.
Nuestra organización no adscribe a ninguna corriente feminista en particular, si bien relevamos especialmente en nuestro trabajo los aportes del feminismo interseccional, el feminismo decolonial y los feminismos negros. Entendemos que construir desde el feminismo implica no sólo una visión crítica y transversal frente a la educación y la vida (no reductible a un punto en el petitorio, a un departamento, ni a ningún hito concreto), sino también una praxis activa y un proceso sucesivo de aprendizajes.
Nos entendemos como una organización antipatriarcal, entendiendo el patriarcado como un “Sistema de organización social, político, económico y cultural que promueve una relación asimétrica y jerarquizada. Este sistema intersecciona con otros sistemas de opresiones que son racistas, clasistas, LGTBQfóbicos, entre otros. Es decir, un sistema que socializa y normaliza diferentes sistemas de opresión y violencias” (Irene Martínez Martín).
Desde ese lugar, nos posicionamos como una organización que trabaja por erradicar todo tipo de violencia y opresión, cuyo interés es promover formas de hacer política y de educar colaborativas, horizontales, sin jerarquías arbitrarias, que nos permitan superar la lógica de la dominación. Por tanto, asumimos un posicionamiento anticapitalista, antirracista, promotor de los derechos de diversidades y disidencias y promovemos la reflexión y la autocrítica permanente, como condición para visibilizar y desaprender aquellas lógicas de nuestra práctica educativa y de nuestra propia historia.
Dentro y fuera del aula trabajamos para transformar la educación
Sitio hecho por profesoras
Copyright © 2022. All rights reserved.